Francisca Aguirre (1930-2019). Premio Nacional de Poesía (2011); Hija Predilecta de Alicante (2012); Premio Nacional de las Letras (2018). Uno de sus mejores poemas a mi entender, es Testigo de Excepción, donde aparece el Mar como gran metáfora.
Vivir no es necesario, navegar sí, decían los griegos. Para navegar, hay que escorar el barco lo justo y dejar que sus velas se llenen con el aire racheado que murmulla inmortalidad y vacío, macerándonos desordenadamente, a borbotones por dentro. Navegar con poesía es necesario para vivir.
El mar es lo más grande, lo demás es pequeño… “Porque nuestras vidas, son los ríos que van a dar al mar, que es el morir” (Jorge Manrique). Llegamos a su orilla con poca agua en las manos, golpeados una y otra vez por las olas del tiempo, lamidos por la sal de la esperanza que cicatriza las heridas más profundas. Allí llegamos para lavar el corazón en un agua abundante, misericordiosa de lo que fue y ya no se va. Un agua que es un mar azul e infinito como el cielo.
Gran poetisa. Al mirar al mar, te sentimos un poco más cerca. Pegados al mar, llega el rumor inacabable de tus palabras.

👌👌
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