Tiempos de confinamiento lo son también de libros inspiradores: “El método danés para criar niños felices”, nos ayuda en la tarea de desarrollar la autoestima de nuestros hijos:
Entendemos nuestra familia como un equipo, fomentando el trabajo en conjunto: enseñamos a cada hijo su papel, cómo pueden ayudarnos en actividades y proyectos motivadores.
La cooperación aporta seguridad: cocinar y limpiar juntos, construir un fuerte, buscar un tesoro, organizar un torneo. Así, día tras día, se forma la sensación de bienestar.
Usamos la creatividad, no competimos: humildad, empatía, identificar nuestras fortalezas y debilidades, para estar pendientes unos de otros.
Creamos un ambiente acogedor y afectuoso, donde nos sentimos cómodos juntos: sacrificando las necesidades y deseos individuales, para una convivencia amena.
Inventamos juegos donde todos podemos participar, hagámoslo aun sin ganas: motivar el juego sin pantallas, mantenernos presentes sin que la tecnología intervenga.
Tiempo de calidad en familia ayuda a manejar el estrés. Las hormonas del estrés afectan las respuestas inmunológicas. En situaciones difíciles, si sentimos que tenemos con quien contar, ¡somos más resilientes!
Vale la pena hacer un pacto con toda la familia: no pensar en el yo, disfrutar el tiempo juntos, sin quejas ni conflictos. Dejemos cada uno a un lado las preferencias, ¡solo divirtámonos!
