Los que vivimos en Alicante somos conscientes de que lo hacemos en un rincón del mundo muy especial.

Donde gozamos de un CLIMA privilegiado, el cual, ya en los años 60, se decía que era el microclima más templado de Europa. De cuyo frio se ríen los de media España del norte, y del calor se ríen media España del sur.

Tenemos una LUZ que ilumina todo el año de forma muy singular, resaltando los mas mínimos detalles de todo lo que nos rodea, jardines, calles, iglesias, edificios, el puerto, el mar, el castillo, los pájaros, …………
Y disfrutamos de un contraste entre la COSTA y el INTERIOR, donde podemos deleitarnos tanto con playas como de montañas.

Playas reconocidas todos los años con tantas banderas azules, y que hacen las delicias tanto de alicantinos como de gentes venidas de distintas partes de España como de Europa.

Y montañas con sendas y pueblos dignos de ser recorridos, disfrutando de parajes preciosos y pueblos acogedores.

La GASTRONOMÍA, tan mediterránea, pescados, verduras, arroces,…….Porque la paella es valenciana, pero los arroces son alicantinos, donde podemos comer decenas de tipos distintos de arroces, y a cual mejor.

Alicante en el último siglo ha acogido gentes de distintas regiones de nuestra geografía, que tan importante ha sido para el desarrollo de la provincia, y se han quedado para siempre, aportando culturas y costumbres distintas, lo que hace de Alicante una sociedad muy cosmopolita y abierta. Mi familia, por ejemplo, vino para tres meses y llevamos aquí 65 años.

Un gran lugar para nacer, pasar la juventud e ir madurando hasta llegar a la vejez. Y así lo deben de pensar las miles de personas que eligen Alicante para su jubilación.

Sin duda una ciudad discreta durante la historia, Akra, Leuka, Lucentum, Alicante, pero siempre deseada por todos los que han sabido apreciarla. Por algo será.