El 15 de mayo pasado se cumplieron 82 años; todavía quedan alicantinos en la ciudad que, siendo niños recuerdan horrorizados el espectáculo dantesco de ver caer las bombas y derrumbarse los edificios de su entorno; fueron muchos los muertos, (311 según indica la placa del Mercado, que quedó totalmente destruido) y el número de heridos superó el millar. Al día siguiente este hecho era el titular de primera página del New York Time americano.
Ese día del año 1938, segundo del comienzo de la Guerra Civil española, aparecieron sobre el mar y volando en formación cerrada seis bombarderos de la Aviación Legionaria italiana; estaban destacados en la isla de Palma de Mallorca, para apoyar al bando nacional.
No se sabe por qué al llegar a la costa, estos seis bombarderos Savoia S-79, descendieron y en dos pasadas continuas soltaron su mortífera carga en el centro de Alicante, sembrando la destrucción sobre la población civil indefensa.
Me cuesta creer que ese fuera su objetivo.
Cerca de allí, se encontraba el pueblecito de Rabassa, donde se ubicaba un antiguo campo de Aviación desde el año 1919 y que recientemente había sedo transformado en Base Aérea, utilizado por la aviación de La República. Su misión, la defensa aérea del puerto alicantino.
En ese aeródromo se alojaban algunas avionetas de entrenamiento, como la Bucker y una escuadrilla de cazas rusos Polikarpov I-15 (conocido familiarmente como El Chato), al servicio del bando republicano.
Entiendo que todo esto podría haber sido un objetivo para los bombarderos, pero la indefensa población civil alicantina, ¿POR QUÉ?