Ninguno, absolutamente ninguno de los que leemos o escribimos en este blog lo dudamos: Alicante es “la millor terreta del mon”. Hay muchas, muchísimas bondades en esta tierra mía de adopción que la hacen la mejor del mundo, empezando por su clima y sus playas y pasando por sus calles y sus fuegos, su cultura, sus hogueras, sus petardos, sus moros y cristianos, sus cabalgatas de reyes que pueden darse a caballo, en camello, en helicóptero y hasta por barco, su abierta acogida y su ilusionante emprendimiento, sus arroces y sus cocas, la Santa Faz, sus castillos, sus campos y sus gentes, pero lo que pocos saben es que este vocativo como “millor terreta del mon” viene exactamente de tener eso, la mejor tierra del mundo, tal cual.
Para entenderlo tenemos que retrotraernos al tiempo en que la vajilla se lavaba con tierra, con la “terreta de escurar” y como no todos tenían acceso a este tipo de tierra, se comercializaba con ella hasta el punto que precisamente la de Alicante, arcillosa y levemente abrasiva, cogió fama por ser la que mejor dejaba la vajilla, más limpia y brillante. Alicante, “la millor terreta del mon… per a escurar”.
Así que sí, tiene la mejor tierra del mundo y es la mejor tierra del mundo.