El pasado 12 de noviembre abrió en la ciudad de Alicante un comedor social en el Convento de las Monjas Agustinas Recoletas, en el número 1 de la calle Monjas. El nombre de esta iniciativa es tan maravilloso como la palabra que componen sus siglas: CASA (Centro de Asistencia San Agustín a personas sin hogar)

De lunes a viernes, las personas sin hogar podrán recibir atención médica, comida caliente, atención psicológica, ropa y cuidados así como, según una de los pilares organizadores, Mar García, todo el cariño del mundo.

Este proyecto pone de relieve que en esta nuestra “millor terreta del món” también hay la gente más solidaria. Numerosas empresas que no quiero nombrar por temor a dejarme alguna, las propias monjas recoletas al ceder parte del convento de la Sangre, innumerables voluntarios que donarán su tiempo o su experiencia profesional como médicos, abogados, psicólogos, enfermeras, trabajadores sociales y un largo etcétera, o Alicante Gastronómica que facilitará los menús diarios, hablan de una ciudad y una gente que se preocupa por los demás y no se queda indiferente.

Gracias, gracias, gracias.