La RAE define resiliencia como: “Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos”. Si nos permitimos encajar un equipo de baloncesto como el Lucentum dentro de la definición “ser vivo” nos quedaría una descripción al dedo del equipo de nuestra ciudad.

Es cierto que el título del artículo transmite positividad y puede confundir al lector puesto que este fin de semana el equipo sufrió una abultada derrota contra el Real Murcia y que 2021 no se le está dando de la mejor manera tras perder cinco partidos de siete en la temporada regular y ver como el Club Breogán le arrebataba la Copa Princesa en la final.

No obstante, mi intención era la de echar la vista un poco más atrás, incluso retroceder varios años, y ver de donde viene el club. Numerosos cambios de nombre para evadir la desaparición, dimisiones en la presidencia, tumbos en las ligas profesionales o crisis económicas. En definitiva, el Lucentum las dos últimas décadas en Alicante no ha estado nunca a la altura de otros clubes profesionales.

Ahora bien, por suerte desde 2015 se está construyendo un proyecto serio, que parece tener la base de hormigón, y no tan endeble como años atrás. Y si ponemos en perspectiva este mes de enero en el HLA podríamos decir que es de los mejores, ¿Quién no firmaría acaso poder pelear la Copa Princesa en la final o estar clasificados ya a la fase de ascenso para la ACB después de tantos años? Por todo esto me refiero que hay que poner en perspectiva lo que ha conseguido el club y seguir apoyando este nuevo proyecto del Lucentum porque sin duda permanece creciendo poco a poco.